Vitis vinifera L.

 

Género y especie: Vitis vinifera.

Familia: Vitaceae.

Nombre común: Vid, Parra, Llambrusca, Videira, Vinya.

Hábitat: Se cree originaria del suroeste de Asia, aunque una raza silvestre de esta especie (V. vinífera subsp. sylvestris (C. C. Grnelin) Hegi) se extiende por el centro y sureste de Europa. Las parras silvestres ibéricas, que se encuentran en casi toda la Península, proceden, sin embargo, de antiguos cultivos.

Crecimiento: Vigoroso.

Descripción: Planta leñosa trepadora que cuando se le deja crecer libremente puede alcanzar hasta más de 30 m, pero que por la acción humana, podándola anualmente, queda reducida a un pequeño arbusto de menos de 1 m. Su tronco, retorcido y tortuoso, presenta una corteza gruesa y áspera que se desprende en tiras longitudinales. Las ramas jóvenes, denominadas sarmientos, son flexuosas y muy engrosadas en los nudos.

Raíz: Esparcido.

Hojas: Alternas, palmeadas, con rabillo muy largo y lámina profundamente hendida en 5 ó 7 lóbulos que a su vez están gruesamente dentados; se les suele llamar pámpanos. Los zarcillos nacen enfrente de las hojas y se enroscan y engruesan cuando encuentran un soporte.

Flores: Tiene las flores pequeñas, de color verdoso, dispuestas en inílorescencias multifloras que nacen enfrente de una hoja y son colgantes; aunque se le llama popularmente racimo, no es tal en el sentido botánico de la palabra, sino un racimo de racimos o panícula. Tienen el cáliz en forma de disco con 5 pequeños dientecitos, la corola formada por 5 pétalos de color verdoso que están soldados en la punta y que se desprenden juntos al abrirse la flor, dejando al descubierto los 5 estambres, que alternan con los sépalos.

Floración: De abril a junio; los frutos empiezan a madurar a finales de julio en las tierras más cálidas.

Frutos: El fruto es una baya globosa o elipsoidal, recubierta de un polvillo enharinado que se desprende al frotar, de color variable desde un amarillo dorado hasta casi negro.

Clima: Culivada en casi toda la Península, en las regiones de clima mediterráneo, con veranos secos y soleados. En los climas atlánticos, con veranos lluviosos, encuentra más dificultades para sazonar el fruto.

Suelo: Es planta muy resistente para la que se suelen reservar los suelos pedregosos y las laderas menos productivas, asociándose muchas veces con el olivo.

Riego: Normal de jardín. Resiste sequía.

Humedad: El exceso resulta desfavorable.

Poda: Poda en corto para favorecer brotes y sarmientos con vigor.

Utilización: Para muros, enrrejados y típicos emparrados mediterráneos.

Multiplicación: Por semilla, esqueje o injerto.

Iluminación: Pleno sol o semisombra.

Observaciones: El nombre del género era ya utilizado por los romanos para designar esta planta; se cree derivado del celta gwid o wid: árbol, arbusto (el mejor de los árboles). Cultivada desde tiernpos remotos, se han obtenido de ella innumerables variedades; Simón de Rojas Clemente, en una gran obra con bellísimas láminas en color publicada en 1807, enumera 120 solamente de Andalucía. Cuando a fines del pasado siglo los viñedos europeos fueron arrasados por la filoxera (Viteus vitlfolii), devastador insecto que destruye las raíces, se importaron varias especies americanas resistentes sobre las que se injertaron las razas de V. vinífera, algunas de ellas, V. rupestris Scheele, V. vulpina L., etc., se encuentran a veces asilvestradas. La importancia económica de la vid es extraordinaria: la uva es uno de los frutos más apreciados, nutritivo y rico en vitamina C, asociado en la antigüedad a orgías y bacanales, y modernamente a las fiestas de fin de año; secas constituyen las pasas o sultanas, muy nutritivas y utilizadas en medicina popular como pectorales; las uvas inmaduras o agraces se consideran refrigerantes; de los sarmientos mana en primavera el agua de cepas que se considera desde tiempo inmemorial como aperitiva, diurética y excelente remedio contra la inflamación de los ojos; los pámpanos y brotes tiernos son ricos en taninos y antocianos, habiéndose empleado como astringente contra las diarreas, hemorragias nasales (en forma de polvo) y uterinas, y en las afecciones venosas; las uvas maduras tienen también propiedades laxantes, lo mismo que el mosto, y son ricas en ácidos orgánicos y azúcares reductores, por lo que se han empleado también en dietética. Pero la importancia mayor de la vid es para obtener, por fermentación del mosto o jugo de sus frutos, el vino y todos sus derivados: alcohol, vinagre, etc. El vino es excelente vehículo de medicamentos y tiene por sí mismo propiedades tónicas e hipotensoras; su obtención se ha convertido en una verdadera disciplina, la enología. La base del proceso consiste en la oxidación incompleta, realizada en ausencia de aire, de la glucosa o azúcar de la uva, transformándola en alcohol etílico y gas carbónico; el microorganismo que realiza esta transformación es la levadura del vino (Saccharomyces ellipsoideus), al que se asocian otros muchos que producen reacciones secundarias responsables en gran parte del “bouquet” o aroma del vino.

Localización: C.P. Vicente Pla Paredes.