Prunus dulcis (Miller) D. A. Webb. (Amygdalus communis L.=P. amygdalus)

                                                                                                      Nº ejemplares: 2

Género y especie: Prunus dulcis.

Familia: Rosaceae.

Nombre común: Almendro, Amendoeira, Ametller, Almendara.

Hábitat: De forma natural en el centro y sureste de Asia y norte de África. Repartido por la mayor parte de la Península, especialmente por las islas Baleares, Cataluña, Levante, región murciana y Andalucía.

Crecimiento: Rápido. Longevidad de casi 100 años.

Descripción: El almendro es un arbolillo o árbol de tamaño mediano, con hoja caduca, que en los ejemplares de edad y criados en buen suelo puede pasar de los 10 m de altura. Tronco tortuoso, de corteza muy rugosa y agrietada, que se desprende en placas; las ramillas son largas y derechas, de corteza lisa, verdes y lampiñas, a veces algo pigmentadas de rojo.

Raíz: Pivotante. Moderadamente profundas.

Hojas: Echa hojas simples, largamente lanceoladas, lampiñas, con el margen finamente festoneado o aserrado y con peciolo bien desarrollado; van en disposición alterna y al iniciar su desarrollo están plegadas a lo largo.

Flores: Las flores son blancas o rosa pálido y muy precoces, naciendo en parejas o solitarias, casi sin pedicelo, de las ramas del año anterior, mucho antes de que broten las hojas. Tienen un cáliz con 5 sépalos y corola con 5 pétalos libres que nace, junto con los 15-30 estambres, del borde de la envuelta acampanada (hipanto) que simula ser el tubo del cáliz y rodea al pistilo; éste es peloso.

Floración: En invierno, de enero a marzo, y a veces ya por Navidad.

Frutos: El fruto es una drupa aovada y comprimida que tiene la particularidad de que su parte carnosa, el mesocarpo, se va resecando y volviendo correosa, terminando por abrirse y dejando en libertad el hueso con la semilla dentro, es decir la almendra; ésta tiene la cáscara (endocarpo) con finas punteaduras y excavaciones, muy dura o frágil (almendras mollares); la pepita puede ser dulce o amarga y a veces van por parejas en cada almendra. El fruto tarda unos 8 meses en madurar, recogiéndose por agosto o septiembre.

Clima: En los climas fríos, como los del interior de la Península, se desarrolla bien, pero apenas producen almendras pues éstas son muy sensibles a los fríos tardíos. En el sur asciende hasta unos 1000 m de altitud. No resiste los vientos. Tolera la segunda línea de mar y la contaminación urbana, pero no la industrial.

Suelo: Poco exigente en cuanto a suelos, se adapta bien a los secos y pedregosos, prefiriendo los calizos. Teme los salinos.

Riego: Teme cualquier exceso de agua.

Humedad: Media-baja.

Poda: No es necesaria, aunque la admite.

Utilización: Cultivado por sus frutos en las provincias de clima cálido y seco y frecuentemente asilvestrado en ribazos y setos. De gran valor decorativo en la época de floración, por lo que se cultiva con frecuencia como ornamental. Cultivado desde tiempo inmemorial en la cuenca del Mediterráneo, el almendro es un árbol poco exigente y que necesita escasos cuidados, por su carácter rústico se emplea como patrón de injerto para los frutales de hueso, especialmente melocotoneros.

Multiplicación: Semilla o injerto.

Iluminación: Pleno sol.

Observaciones: Las reglas de nomenclatura botánica han reservado, tanto para el almendro dulce como para el amargo, el nombre de P. dulcis (del adjetivo latino dulcis: dulce, suave), despojándole de su nombre latino (amygdalus) y griego (amygdalos), de los que deriva el castellano almendro; sin embargo, algunos autores consideran que la forma de ser tan peculiar de su fruto, una drupa que se desprende en la madurez de su cubierta carnosa, justifica el considerarlo como género aparte, en cuyo caso retendría el acertado nombre dado por Linneo: Amygdalus communis L. Pero la importancia del almendro reside sobre todo en las pepitas de su fruto o almendras; las dulces se consumen en gran cantidad en las confiterías para la fabricación de mazapanes, turrones, peladillas y muchos otros dulces, al tiempo que sirven de condimento, para comer crudas -especialmente deliciosas con higos secos- y para la obtención de la leche y aceite de almendras. El aceite de almendras se obtiene por expresión en frío y se emplea como laxante y emoliente (para ablandar y suavizar la piel), especialmente en cosmetología, para preparar cremas y linimentos; mezclado con leche se le consideró como antídoto contra la intoxicación por arsénico. Las almendras contienen una especie de caseína que disuelta en agua suministra la leche de almendras, de gran valor en los regímenes alimenticios. Las almendras amargas, y en menor cantidad las almendras dulces verdes, con la pepita sin cuajar (almendrucos), contienen el glucósido amigdalina, responsable del sabor amargo y capaz de descomponerse por acción enzimática liberando ácido cianhídrico, veneno muy potente al que deben las almendras amargas su olor característico; a veces bastan una veintena para producir la muerte de un adulto, por lo que se debe limitar su uso como aromatizante, precaución que conviene extender al consumo excesivo de almendrucos por los niños; con las almendras amargas se prepara el agua destilada de almendras amargas, de propiedades antiespasmódicas (a pequeñas dosis y con vigilancia facultativa). Con las almendras dulces se elaboraba también una horchata contra la tos. La goma que a menudo exudan los almendros se ha usado en medicina popular como astringente.

Su madera es rojiza, muy dura y se aprovecha para chapas y como combustible, lo mismo que las cáscaras leñosas de las almendras; estas últimas, trituradas, sirven con frecuencia para falsificar la canela y se ha empleado para transformar en coñac los vinos blancos añejos.

Localización: C.P. Baixauli Xornet y C.P. San Clemente.