Platanus orientalis L. var. acerifolia Aiton. (=P. x hispanica Mill. Ex Munich)

                                                                                                      Nº ejemplares: 164

Género y especie: Platanus orientalis.

Familia: Platanaceae.

Nombre común: Plátano de sombra, Plátano de paseo, Plátano.

Hábitat: En los últimos años ha quedado demostrado que no se trata de un híbrido sino de una variedad de P. orientalis que vive de forma silvestre en Ponto, Lycia y Turquía.

Crecimiento: Rápido. Llega a vivir 600 años.

Descripción: Es un árbol de unos 24-40 m de altura, de tronco recto, alto, grueso y liso, copa extendida con ramificación abundante y follaje denso. La corteza es característica, verdosa-acastañada y delgada que se desprende en placas dejando un mosaico de grandes manchas de color verde amarillento. Ramas viejas torcidas y horizontales. Brotes pelosos, con un fieltro de pelos estrellados que se desprenden a modo de pelusa.

Raíz: Pivotante, medianamente profunda. Los daños a edificios y pavimentos aparecen siempre a una distancia menor de 5 m del pie del árbol.

Hojas: Caducas, alternas, palmato-lobadas y palmatinervias, de lámina hendida casi hasta su mitad en 3-5 (7) lóbulos ovado triangulares desiguales, con tres nervios principales, de hasta 25 x 25 cm y con pecíolo largo 3-10 cm Dientes desiguales. Pueden ser extremadamente variables, incluso en el mismo árbol, con unos lóbulos más profundos, mayor número de dientes y de diferentes tamaños. Haz verde brillante y glabro y envés más claro y algo pubescente. Toman un color amarillo y anaranjado en otoño. Cubiertas de pelos cuando son jóvenes, glabras después. Pecíolo de hasta 5-8 cm de longitud, ensanchado en la base.

Flores: Unisexuales, masculinas y femeninas en grupos separados, pero en el mismo pie, pequeñas y sin interés ornamental, en inflorescencia globosa, con periantio rudimentario, muy compacta, colgando del extremo de largos pedúnculos; las femeninas son mayores y rojizas, y dispuestas en la punta de las ramas en grupo de dos; las masculinas, con 2-6 estambres, agrupadas en cabezuelas verde-amarillento en número de 2 a 6, formadas sobre madera vieja.

Floración: Marzo-junio.

Frutos: Son infrutescencias globosas que reúnen a aquenios alados (semillas ovaladas, coronadas por un penacho peloso de color tabaco), de forma similar a una sombrilla. Hay generalmente 2-4 grupos de frutos en un pedúnculo de 6 a 12 cm de longitud. Indehiscentes. Su diámetro es aproximadamente de 2,5 a 4 cm. Se vuelven pardos en otoño y se disgregan en los pequeños aquenios ya muy avanzado el invierno, con lo que a veces obturan los desagües y cañerías con sus residuos.

Clima: Resiste el frío fuerte y el calor. Vive bien en segunda línea de mar. Es resistente a la polución urbana e industrial y a los vientos.

Suelo: Vegeta bien en cualquier suelo profundo, fresco y fértil, incluso calcáreos, pero aprecia más los terrenos arcillosos libres de sal.

Riego: Tiene gran resistencia a la sequía, pero prefiere una humedad débil.

Humedad: Media. Debe prevenirse y vigilarse la aparición de oídio.

Poda: Los plátanos soportan fácilmente la talla, aún aquéllas tan brutales a que frecuentemente se les somete, y se prestan a la forma que se quiera, ya piramidal, ya abierta, con ramas principales.

Utilización: Su madera da finas aguas, lo que resulta muy adecuado para el contrachapado. Se usa como árbol de alineación. Los plátanos están muy difundidos en los jardines y constituyen una de las especies más empleadas en ciudades para adornar los bulevares y los paseos, porque soportan fácilmente el aire seco y contaminado y conservan mucho tiempo su follaje. A menudo se emplean para proporcionar sombra en las proximidades de viviendas.

Multiplicación: Esqueje y semilla, estos últimos conservan mucho tiempo caracteres juveniles y en ocasiones germina con gran dificultad o es estéril. Los plátanos se pueden trasplantar hasta una edad bastante avanzada, si han sido preparados en vivero.

Iluminación: Sol o media sombra.

Observaciones: El nombre latino, Platanus, con que era conocida la especie europea en Roma, deriva del griego platanos con el que se refieren a él Teofrasto y Dioscórides; éste podría proceder a su vez de la voz griega platys: ancho, posible alusión a la amplitud de su copa o a sus anchas hojas, mientras que el de hispanica alude a Hispania, ya que la especie fue descrita en 1770 con material procedente de ejemplares cultivados supuestamente en España. Sus hojas, corteza y frutos se usaron en medicina popular, pero han perdido todo el crédito al respecto. El P. orientalis era de los árboles más estimados por los antiguos: bajo su sombra se cree que tuvo Sócrates sus coloquios con Fedro y en un ejemplar majestuoso de la isla de Cos se reunía Hipócrates con sus discípulos. El poeta Valerio Marcial dedica un encendido epigrama, «De Platano Cordubensi», a un ejemplar centenario plantado por Julio César en su residencia de Córdoba, el cual era abundantemente regado con vino en las orgías del palacio, costumbre romana que demuestra el gran aprecio en que tenían a este árbol; con ello creían favorecer su crecimiento. Un inconveniente del plátano es el polvillo que se desprende de sus hojas, muy irritante para las vías respiratorias y que puede producir intensos picores.

Localización: Av. del País Valencià, C. de Valencia, C. del Azagador de la Torre, C.P. San Clemente, Cementerio Municipal, Plaza de Ausias March y Plaza del Molí.