Phoenix canariensis Hort. ex Chabaud.

                                                                                                      Nº ejemplares: 14

Género y especie: Phoenix canariensis.

Familia: Palmae.

Nombre común: Palmera canaria.

Hábitat: Islas Canarias.

Crecimiento: Medio-lento. Llega a vivir más de 600 años.

Descripción: Palmera de 15-20 m de altura y estípite más grueso que la P. dactylifera (50-70 cm de diámetro, incluso 150 cm), marcado por cicatrices de antiguas bases foliares. La copa mide 8 o 9 m de diámetro. Follaje denso con más de 100 hojas plumosas. No emite retoños. Corteza con estrías horizontales, de color marrón gris oscuro.

Raíz: Raíces oblicuas iguales o fasciculadas. En la base se observa a menudo una masa de raíces aéreas.

Hojas: Persistentes, de 3 a 7 m de largo, dispuestas a modo de roseta en el extremo del estípite. En número de 150-200 hojas, imparipinnadas, con folíolos de margen entero, muy numerosos, formando diferentes ángulos con el nervio central, angostos, afilados, poseen largas espinas. Color verde oscuro (la P. dactylifera es más glauca), peciolo corto, espinoso en la base, de sección plano-convexa. Los folíolos inferiores están transformados en fuertes espinas.

Flores: Especie dioica. Las flores nacen en espádices interfoliares ramificados, de hasta 2 m, siendo los espádices femeninos más largos que los masculinas. Son flores blanco amarillentas o naranjas, globosas, menores de 1 cm.

Floración: Florece a partir de los 6 u 8 años. Puede florecer escalonadamente desde febrero hasta agosto.

Frutos: Aparecen en los pies femeninos en racimos colgantes de hasta 2 m de largo. Son dátiles no comestibles, ovoides, carnosos, de 1,5 a 3 cm de largo, color amarillo anaranjado pasando al rojizo en la madurez, el hueso tiene un surco longitudinal, muy característico, en la cara ventral. Producen varias cosechas al año.

Clima: Cálido. Aunque prefiere las zonas costeras cálidas, resiste temperaturas de hasta 8°C, siendo así esta especie más resistente a heladas débiles y a vientos que la P. dactylifera. La altitud idónea se encuentra entre los 300 y 700 m sobre el nivel del mar. Tolera la primera línea de mar y la contaminación urbana e industrial.

 Suelo: Rústico. Resiste la cal y la sal.

Riego: Resiste la sequía, aunque si tiene riegos abundantes, se muestra con mejor color y más majestuosa.

Humedad: Media. Soporta la sequedad en el ambiente.

Poda: Admite poda de hojas.

Utilización: Para fijar dunas y como ornamental en paseos y jardines. De la savia, rica en azúcares, se extrae un almíbar conocido vulgarmente como miel de palma o garabo. Sus hojas tiernas pueden usarse en ensaladas y sus dátiles son más adecuados para el ganado que para el hombre, aunque se comen a veces en épocas de escasez. Al plantarla en alineaciones conviene adoptar un marco de al menos 12 m.

Multiplicación: Semilla. Trasplante fácil en verano.

Iluminación: Pleno sol.

Observaciones: Escaso mantenimiento. Para poder talar alguna palmera se precisa permiso oficial, ya que está protegida. La palmera canaria es símbolo y emblema de la ciudad de las Palmas de Gran Canaria.

Localización: C. del Sol, C.P. San Clemente, I.E.S. Sedaví, Plaza de Ausias March y Polideportivo Municipal de Sedaví.