Olea europaea L.

                                                                                                      Nº ejemplares: 21

Género y especie: Olea europaea.

Familia: Oleaceae.

Nombre común: Olivo, Oliveira, Olivera, Olibo.

Hábitat: En el contorno de la región mediterránea. Se encuentra en las islas Baleares, donde es localmente abundante, y en la Península en su mitad meridional, alcanzando por el este hasta Cataluña y por el centro hasta las laderas rocosas de las riberas del Tajo. Cultivado su área es mayor.

Crecimiento: Lento, muy longevo. Se encuentran olivos de hasta 2000 años de edad.

Descripción: El olivo es un árbol, generalmente no muy elevado, de copa redondeada y tronco grueso que en los ejemplares viejos se retuerce y encorva, dejando ver por sus tortuosidades que es planta que puede pasar del millar de años. En cambio los olivos silvestres (O. europaea var. sylvestris Brot.) que reciben popularmente los nombres de acebuche, zambujo, ullastre y muchos otros quedan muchas veces reducidos a pequeños arbustos con ramillas rígidas y espinescentes que recuerdan en poco a sus parientes cultivados; otras veces rivalizan en tamaño con ellos convirtiéndose en árboles de hasta 8-10 m. Las ramillas tienen la corteza lisa, de color ceniciento, y suelen ser algo comprimidas y angulosas.

Raíz: Raíces oblicuas iguales o fasciculadas, superficiales.

Hojas: Las hojas son coriáceas, persistentes durante todo el año, de borde entero, con un color verde grisáceo por el haz y plateadas por su cara inferior, debido a presentar numerosas escamitas apretadas que cubren toda la superficie; nacen una enfrente de otra y tienen una forma estrecha y alargada que recuerda la punta de una lanza, aunque en los acebuches se pueden ver también con forma elíptica u obovada y de tamaño diminuto.

Flores: Las flores son de color blanco, muy menuditas, y nacen en ramilletes (racimos de cimas) en la axila de las hojas; tienen el cáliz pequeño en forma de copa, donde apenas se insinúan 4 lóbulos; la corola es de una sola pieza, abierta en estrella, con 4 lóbulos, ya ella se sueldan los dos estambres.

Floración: En mayo o junio y a veces antes.

Frutos: El fruto es bien conocido de todos, ya que se trata de la aceituna, la cual era conocida entre los romanos con el nombre de drupa y ha dado nombre a todos los frutos de su clase: carnosos y con un hueso endurecido. Las aceitunas maduran en el otoño pero se cogen a fines de noviembre o en diciembre.

Clima: Aguanta muy bien el calor, pero es sensible al frío, especialmente a las heladas, por lo que al penetrar hacia el interior de la Península no sube mucho en altura, refugiándose en las laderas abrigadas y soleadas; en cambio en las sierras andaluzas puede ascender hasta los 1500 m. Acompañando a las encinas, quejigos y alcornoques o en los matorrales que resultan de su degradación, junto al lentisco, mirto, palmito y espino negro. Cultivado ocupa grandes extensiones, pero en el interior los inviernos rigurosos producen grandes daños en sus plantaciones. Resiste vientos, la primera línea de mar y a la contaminación, tanto urbana como industrial.

Suelo: Al ser sus variedades injertadas sobre acebuches, no requiere un tipo de suelo especial, siendo por tanto indiferente al tipo de terreno.

Riego: resiste sequía media, pero responde muy bien al riego.

Humedad: Media-baja.

Poda: Necesita poda para mantener el porte de árbol.

Utilización: Cultivado por su fruto del que se obtiene el aceite de oliva, muy utilizado en la alimentación humana y en farmacia. En los jardines destaca como ornamental por su follaje plateado, y por el tronco retorcido de los ejemplares añosos. La madera del olivo es muy compacta. Tanto esta, como el orujo obtenido por presión sobre las aceitunas, se utilizan como combustible. Especie característica del paisaje mediterráneo, y viene referido ya en el Antiguo Testamento. La aceituna fue asegurada a los judíos en la Tierra Prometida y formó parte de la riqueza del país y, junto con la higuera y la vid, era una manifestación de prosperidad y suerte. Los judíos encontraron el olivo en Palestina, Y David y Salomón impulsaron su cultivo. El aceite fue utilizado para elaboración de platos, para quemar y como medicina. Como cosmético alcanzó gran significado. En la Grecia antigua se trabajaba su madera, debido a su gran resistencia, para mangos de hachas y otros utensilios.

Multiplicación: Semilla, esqueje, acodo, retoño e injerto sobre acebuche. Fácil trasplante de ejemplares adultos, con cepellón de tierra en invierno.

Iluminación: Pleno sol.

Observaciones: Escaso mantenimiento.

Localización: C. de la Senda de las Vacas, C. del Río Guadalaviar, C.P. Baixauli Xornet, C.P. San Clemente, C.P. Vicente Pla Paredes, Escuela de Adultos Sedaví, I.E.S. Sedaví, Parque C. de Valencia I, Plaza de Jaume I, Recinto Ferial y Senda de las Vacas.