DESCRIPCIÓN UNIDADES CARTOGRÁFICAS

En la hoja de Valencia se han descrito 9 unidades cartográficas en forma de unidades puras, asociaciones e inclusiones.

La asociación característica de las zonas de marjal es la de los Gleisoles cálcicos con los Fluvisoles calcáreo-gléicos y los Antrosoles cumúlicos en fase antráquica (GLk FLc-g ATc).

Las márgenes de los ríos, su llanura de inundación y los sedimentos fluviales que rodean a la zona de albuferas y marjales se caracterizan por la unidad de los Fluvisoles calcáreos.

El cordón litoral está definido por la asociación Arenosol calcáreo y Arenosol gléico (ARc ARg), con inclusiones de Solonchak gléico (SCg) en aquellas zonas donde aún se conservan los saladares.

La asociación típica de las zonas de glacis y de los conos de deyección pleistocénicos es la de los Luvisoles cálcicos con los Calcisoles lúvicos, con inclusión de Fluvisoles calcáreos en las márgenes de algunos cursos de agua estacionales (LVk CLI FLc).

La mayor parte de las formaciones terciarias se han definido por la asociación de los Calcisoles pétricos con los Antrosoles cumúlicos (CLp ATc). Estos Antrosoles indican un tipo de práctica común en el área, el aporte de más de 50 cm de suelo alóctono sobre el suelo natural cuya costra caliza, casi en superficie, presenta grandes limitaciones para su uso agrícola. Cuando estas transformaciones no se han hecho, el suelo se define por la unidad pura de los Calcisoles pétricos (CLp).

Sobre los relieves carbonatados de la hoja, el suelo está definido por la asociación de los Leptosoles líticos con los Leptosoles rendzínicos (LPq LPk).

Atendiendo a la proximidad de la zona de estudio se localizan los siguientes perfiles:

1* FLc. Fluvisol calcáreo

Se distribuyen sobre la llanura de inundación del río Turia y los sedimentos fluviales que rodean la zona de marjales. Son suelos que se desarrollan en superficies llanas, con muy poca diferenciación en su perfil que sea debida a procesos edáficos, aunque presentan una morfología caracterizada por una serie de discontinuidades litológicas con niveles de gravas rodadas, que reflejan las características de los aportes fluviales sucesivos en el tiempo. Son suelos muy profundos, poco pedregosos en superficie, de textura equilibrada, carbonatados, muy permeables, con muy buena capacidad de uso agrícola. Estos suelos se utilizan para cultivos de huerta y cítricos, aunque más de la mitad de su extensión en la hoja está ocupada actualmente por núcleos urbanos o industriales.

2* GLk-FLcg-ATc. Asociación de Gleisol cálcico, Fluvisol calcáreo-gléico y Antrosol cumúlico

Esta asociación de suelos, que ocupa las zonas de albuferas y marjales, está agronómicamente representada por el cultivo de arroz.

Los suelos se desarrollan sobre limos orgánicos negros y grises, y presentan como características físicas y químicas más destacables un perfil impermeable, carbonatado, con rasgos de hidromorfía y valores bastante altos de salinidad, indicativos de un proceso de salinización que, afortunadamente, no desemboca en una saturación en sodio del complejo de cambio, por la acción del carbonato cálcico dominante en la solución del suelo.

Poseen rasgos takíricos en superficie cuando el suelo está seco y propiedades antráquicas, originadas por el encharcamiento del suelo para el cultivo del arroz, generalizado en la mayor parte de la unidad cartográfica.

Dentro de esta asociación se incluye una gran variedad de suelos, integrados entre los Fluvisoles con propiedades gléicas y los Gleisoles con acumulación de carbonato cálcico, suelos estos últimos más evolucionados y con mayor diferenciación de horizontes que los primeros. Sin embargo, dada la intensidad de las prácticas agrícolas en esta zona, es muy difícil encontrar un perfil representativo del suelo original, de ahí la asociación con los Antrosoles cumúlicos y la doble clasificación del perfil Massanassa (ver apartado de suelos). Por todo ello, la interpretación edafológica se ha hecho considerando otros perfiles representativos fuera de esta hoja, en zonas de similares características.

Las principales limitaciones de estos suelos son su textura fina, su escasa porosidad, su deficiente permeabilidad y la presencia de la capa freática cercana a la superficie.

Así mismo los altos niveles de contaminación de suelo y agua por vertidos urbanos, industriales, pesticidas, plaguicidas, etc. ponen en peligro la fauna que habita estos lugares.

La adaptación a cultivos de huerta exige, en estos suelos, una red de drenaje adecuada, enmiendas y prácticas de mejora de la estructura, aireación y permeabilidad. La trasformación de los suelos de marjal y la de los circundantes, sobre todo para el cultivo de cítricos de la manera indicada, han contribuido a agravar aún más el problema de degradación que sufre esta zona húmeda.