Cupressus sempervirens L.

                                                                                                      Nº ejemplares: 55

Género y especie: Cupressus sempervirens.

Familia: Cupressaceae.

Nombre común: Ciprés, Cipreste, Xiprer, Gau-arbola.

Hábitat: Habita De forma natural en el próximo Oriente: Irán, Siria, Chipre, etc. Su área precisa es muy difícil de de determinar ya que se cultiva en toda la región mediterránea desde muy antiguo.

Crecimiento: Rápido en los primeros años, luego se vuelve más lento. El ciprés puede vivir más de 500 años, citándose casos de ejemplares que superan el milenio.

Descripción: El ciprés es un árbol que se mantiene verde todo el año y puede alcanzar hasta 35 m de altura. Su tronco es recto y columnar, con corteza pardo grisácea, fibrosa y estriada longitudinalmente, produce abundantes ramas de segundo orden que pueden ser erguidas (forma sempervirens), formándose en este caso una copa muy alargada y estrecha, de follaje muy denso, o tienden a ser casi horizontales, siendo entonces la copa piramidal (forma horizontalis (Mtller) Voss).

Raíz: Tiene raíces bien desarrolladas. Las secundarias son horizontales, muy superficiales y alargadas, que hacen que el árbol se sujete bien al suelo, la principal aborta pronto.

Hojas: Las hojas están reducidas a pequeñas escamitas romas de 0,5 a 1 mm, con una glandulita res in osa en el dorso, que nacen una enfrente de otra pero se disponen de tal manera que parecen formar 4 filas, cubriéndose unas a otras como las piezas de un tejado, de forma que no dejan ver las ramillas; al machacarlas despiden un fuerte olor resinoso; en cambio las hojas de las plantas muy jóvenes son triangulares, casi punzantes y aciculares, cosa frecuente en esta familia.

Flores: Los conos masculinos son ovoideos, de 4 a 8 mm, y se producen en gran número, cada uno en la terminación de una ramilla. Los conos femeninos se originan en la misma planta y son elipsoidales o subglobosos, son de color gris verdoso teñidos de violeta.

Floración: En primavera, también se producen a menudo floraciones extemporáneas.

Frutos: Estróbilos al principio de color verde, luego pardo-grisáceos y lustrosos, haciéndose muy leñosos; miden 25 a 40 mm y tienen 8 a 14 escamas poligonales en forma de maza o clavo, enfrentadas por parejas, que se separan en la madurez para dejar salir las semillas; éstas son aplastadas, con un ala estrecha y se producen en número de 6 a 20 debajo de cada escama. Las piñas maduran en el otoño del año siguiente de su formación, aunque éstas se pueden mantener mucho tiempo sin abrir

Clima: Necesita un clima suave y templado, sin fuertes heladas.

Suelo: Rústico en todo tipo de suelos, acomodándose en terrenos pobres y secos aunque sean calcáreos, si son profundos. Teme los salinos. Rechaza las arenas sueltas de escasa retención de agua.

Riego: Rechaza los terrenos encharcados o excesivamente húmedos.

Humedad: Aguanta muy bien la sequía.

Poda: Soportando bien la poda. Puede moldearse mediante poda (setos y formas recortadas).

Utilización: Cultivado para formar setos protectores contra el viento, para repoblar o como planta ornamental. La costumbre de plantarlo en los cementerios lo ha convertido en un árbol sombrío y fúnebre en el que muchos ven un símbolo de la muerte. Su madera es de color pardo-amarillenta, con textura fina, no resinosa pero sí aromática, desprendiendo un olor parecido a la de cedro, Es resistente y fácil de trabajar, casi imputrescible aun estando sumergida, por lo que se ha utilizado tradicionalmente en la construcción naval.

Multiplicación: Semilla, acodo, esqueje e injerto sobre Cupressus o Chamaecyparis. Se pueden trasplantar ejemplares adultos con cepellón de tierra, pero resulta una operación delicada que debe realizarse, tras la práctica del escayolado, en primavera-invierno.

Iluminación: Prefiere pleno sol, aunque puede estar en media sombra y sombra total.

Observaciones: Su nombre científico, Cupressus, es uno de los latinos del ciprés, derivado, según algunos, del griego Kypros: Chipre, donde crece abundante esta planta y según otros, de Kyparissus, hijo de Telefo transformado por Apolo en ciprés. Se afirma que con su madera se fabricó el Arca de Noé y gran parte de la flota turca; también fue empleada, junto con la de cedro (o enebro), en la construcción del Templo de Salomón. Se cree que los brazos de la cruz de Jesús estaban hechos de esta madera.  Desde época egipcia se empleó en la construcción de arcas funerarias. Griegos y romanos grababan leyes y documentos en tablas de ciprés como signo de permanencia. Desde antiguo era señal de hospitalidad plantar dos cipreses a la entrada de los jardines de las casas mediterráneas. En la actualidad es muy apreciada en carpintería, ebanistería y tornería. Las piñas o estróbilos de ciprés poseen mucho tanino, por lo que se han empleado en medicina popular para detener todo tipo de flujos (diarreas, incontinencia urinaria, etc.) y como vasoconstrictor en las varices, hemorroides y padecimientos análogos. Se suele usar el cocimiento que en forma de gárgaras sirve para detener la sangre de las encías y afirmar los dientes. Su esencia, echada en agua hirviendo, produce vapores que mitigan la tos convulsiva.

Localización: Av. del País Valencià, C.P. San Clemente, C.P. Vicente Pla Paredes, Cementerio Municipal, I.E.S. Sedaví, Parque Av. del País Valencià I, Parque Av. del País Valencià II, Parque C. de Valencia I, Parque del Médico Gómez Ferrer y Polideportivo Municipal de Sedaví.