Nº ejemplares: 1
Género y especie: Arbutus unedo.
Familia: Ericaceae
Nombre común: Madroño, Ervedeiro, Gurrbiz, Albomio.
Hábitat: En el contorno de la región mediterránea y Europa occidental. Es frecuente en las Baleares y en la mayor parte de la Península, especialmente en las provincias litorales y regiones de clima suave (Extremadura, Sierra Morena, etc.).
Crecimiento: Lento, llega a vivir 150 años.
Descripción: El madroño es un arbusto o arbolillo que puede llegar a medir hasta 8-10 m de altura, aunque habitualmente no supera los 3-5 m; tiene el tronco con la corteza pardo-rojiza o pardo-grisácea muy escamosa, que se desprende en plaquitas, y las ramillas a menudo teñidas de encarnado. Se mantiene verde todo el año.
Hojas: Tiene hojas simples, en disposición alterna, en forma de hierro de lanza, con el margen finamente aserrado o casi entero, de color verde intenso y algo lustrosas por el haz; son un poco correosas, parecidas a las del laurel, y miden unos 4 a 11 cm de longitud.
Flores: Las flores nacen en ramilletes (panículas) terminales algo péndulos y son de color blanco, a menudo teñidas de verde o rosa; tienen 5 pequeños sépalos, una corola inflada, a la manera de una pequeña campanilla, con 5 pequeños lóbulos revueltos en la boca, y dentro de ella 10 estambres insertos en un disco situado bajo el ovario, con los filamentos pelosos en la base y cada uno coronado por dos cuernecillos reflejos.
Floración: En el otoño o principios del invierno, al tiempo que maduran los frutos del año anterior, de modo que se puede ver al tiempo en flor y fruto.
Frutos: El fruto es una baya globosa de color rojo o anaranjado que mide unos 20-25 mm y está erizada de pequeñas verruguitas, de sabor agradable cuando está bien madura.
Clima: y requiere un clima suave, sin fuertes heladas, por lo que falta en muchos puntos del interior de la Península.
Suelo: En los encinares, alcornocales y en los matorrales que resultan de su degradación. Sobre todo tipo de terrenos, calcáreos o ácidos, ascendiendo en las montañas del sur hasta los 1200 m; prefiere suelos algo frescos y profundos.
Riego: Aunque tolera el riego, prospera con las lluvias naturales de invierno. Requiere entre humedad débil y sequedad débil.
Humedad: Media.
Poda: Eliminar lo antes posible las ramas estropeadas, cortando hasta llegar a una rama lateral en buen estado. Los chupones se han de eliminar enseguida. También se pueden recortar los ejemplares que hayan crecido demasiado para mantener los límites.
Utilización: Sus flores y sus frutos son decorativos. Proteger taludes. Sus frutos sirven para hacer confitura. También se pueden fermentar para obtener por destilación, bebidas alcohólicas o vinagre. Además, su madera es utilizada para hacer pequeños objetos, como bolillos de encaje. La raíz ha sido utilizada contra las hemorragias. Las hojas son curtientes.
Multiplicación: Multiplicación difícil, siembra bajo cristal o esqueje en túnel de plástico, acodo, retoño e injerto difícil.
Iluminación: Mejor a pleno sol, aunque soporta la semisombra.
Observaciones: Los dos nombres que empleó Linneo para designar esta planta, Arbutus y unedo, son antiguas denominaciones romanas; el primero es un diminutivo de arbor y significaría arbolillo, aunque algunos autores lo hacen derivar del celta arbois: áspero, rudo, aludiendo a la superficie de sus frutos; unedo, si hacemos caso de Andrés Laguna, procede del verbo latino edo: comer y del numeral unus: uno sólo; significa, pues, «comer uno sólo», recordando la fama que tienen sus frutos de embriagar -bien maduros contienen cierta cantidad de alcohol- y producir dolor de cabeza. Las hojas y corteza del madroño contienen taninos.
Localización: I.E.S. Sedaví.